Anoche
Nunca pensé encontrarte en la puerta, sonriendo. Nunca pensé despedirte con ese abrazo, tan fuerte, tan tuyo, tan nuestro.
Cuando cae la noche, cuando la fauna del mal toma las calles por asalto, nace en mí la necesidad escribir, de matar a MI demonio. Ahora entiendo que me persigue, me atrapa, me frustra y yo incapaz de hacer nada. Por eso hoy me libero. Por eso hoy escribo. Por eso hoy lanzo mi primer grito endemoniado.
Nunca pensé encontrarte en la puerta, sonriendo. Nunca pensé despedirte con ese abrazo, tan fuerte, tan tuyo, tan nuestro.
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