Grito Endemoniado

Cuando cae la noche, cuando la fauna del mal toma las calles por asalto, nace en mí la necesidad escribir, de matar a MI demonio. Ahora entiendo que me persigue, me atrapa, me frustra y yo incapaz de hacer nada. Por eso hoy me libero. Por eso hoy escribo. Por eso hoy lanzo mi primer grito endemoniado.

martes, mayo 10, 2005

No para cualquiera

Será débil todo lo que no encuentre sitio en tu corazón... Y en el corazón, que es el único lugar donde realmente se saben estas cosas, no nos equivocaremos.
Me pregunto por la razón por la que huyo constantemente a la palabra compromiso... Y el por qué ahora se liga tanto a mi ser...
No es que yo sea un tipo fácil.
Una vez escuchè que yo era realmente afortunado al tener amigos tan maravillosos, y que ademàs me daba el lujo de ser neurótico... Eso me lo dijo una tipa que deseaba estar conmigo -y no es broma-...
Recordándola me pregunto por la sonrisa de Gioconda... ¿Por qué no puedo conservar enigmas en forma de sonrisas?
¿Tendrá razón Sartre? "L'enfer sont les autres"...
Me siento en las piedras frente al mar hasta donde me ha traído no se qué y saco mi libreta, siempre a mano...
¡¡¡Caída libre!!!
Suelo soñar con mundos azules... Y eso me hace caminar confiado, ilusionado con encontrar abrazos, apapachos, besos... Almas...
Y siento en la piel el miedo de perderlos.
Y el azul se congela, oscureciéndose... La hostilidad me debilita y no me encuentro.
Y por eso mi peregrinación al Alma. Y así nos conocimos. Es muy raro encontrar a alguien en el planeta que sienta lo mismo que uno.
Creo que juntos podemos construir una especie de Edén. Creo que podemos sonreir en tonos azules.
Aún no entiendo por qué no logro iumaginar un paraíso personal. Alguien me dijo, cuando se lo confesé, que después de todo no soy tan mala persona.
¡Cómo me gustaria conocer la falta de transparencia! (La prudencia).
Pero desconocerla es un placer salvje... Es lo que soy, aunque me desdibuje constantemente...
Si quisiera darles las gracias como corresponde, no hallaría forma de hacerlo. O quizá en el mar...
Que no nos nublen los ojos...
¡Los quiero muchísimo!
Gio