Grito Endemoniado

Cuando cae la noche, cuando la fauna del mal toma las calles por asalto, nace en mí la necesidad escribir, de matar a MI demonio. Ahora entiendo que me persigue, me atrapa, me frustra y yo incapaz de hacer nada. Por eso hoy me libero. Por eso hoy escribo. Por eso hoy lanzo mi primer grito endemoniado.

domingo, noviembre 27, 2005

( el cuerpo )

El agua caliente disparó la temperatura de nuestros cuerpos. Nuestros vellos en contacto y nuestras manos inquietas nos llevaron a caer nuevamente en el abismo de los placeres antes lejanos. Enjabonar su cuerpo bajo el agua, acariciarlo, jugar... Poseer su cuerpo ritmicamente... Entregarme nuevamente... Dormir en su pecho y simplemente disfrutar el momento me renovó... ¿Será que don E piensa igual que yo? Finalmente está decidido, el nuevo año llegará con un piercing donde sea que lo imaginen.

domingo, noviembre 06, 2005

( en tortuga )

Acabo de visitar el blog de Tita. Aunque se ha convertido en la mujer que nunca tiene tiempo (eso quiere decir que en mi agenda se ha convertido en un número más que se de memoria pero al que dejaré de llamar por la mala cotización del minuto-Gio), cada vez escribe mejor... Acá lo que comenté en su blog: Argos te muerde. Perla me araña. Café Café parece ser el café preferido de las familias y debo buscar un nuevo refugio. Quizás deba hacer caso omiso a eso de "tomar e irse" en Café Zeta. Bah, de todos modos el mundo es mierda. Mierda mi corazón, mierda todo. En la mañana discutí con Edu y no sé por qué. Ando muy irritable, creo que es el síndrome pre menstrual. Ayer deseaba realmente ir a la charla de Bausate y dejé de hacerlo por ver a don E. Anoche deseaba compartir con él la luna y estaba no sé dónde. Hoy deseaba invitarlo a almorzar, aprovechando que mi familia escapa de mí (o yo de ella, que da igual). ¿Deseas almorzar conmigo?, yo invito. Si como siempre no tienes tiempo, dile a Argos... Quizás me pueda hacer compañía.

( mierda )

¿A quién diablos se le ocurre llenar Café Café de familias? ¿Quién fue el maldito hijo de puta al que se le ocurrió que debemos compartir un asqueroso domingo soleado con tipitos y tipitas acompañados de enanos insoportables con caras parecidas a máscaras terribles con olor a fiesta infantil? Los pocos hombres cuerdos que quedamos en este mundo exigimos un espacio para fumar tranquilos, leer un poco y beber un buen capuccino sin percibir la pestilencia que cargan esas tribus llamadas familias. De paso sería bueno librarme de esa improvisada que se esfuerzan en ponerme encima. Salgamos del mundo, lo odio.